Un nuevo comienzo

Hola a todos. Se que he estado mucho tiempo casi dos semanas o algo así que no actualizo, discúlpenme  la verdad no es por tiempo sino por falta de inspiración, no sabia que subir o que decir porque la verdad que solo he leído un libro. Mis ánimos para leer, escribir y eso pues no están muy altos. Sin embargo, hoy me siento con ganas de publicar una pequeña parte de un cuento que estoy haciendo para Lenguaje. Aun no esta terminado, tengo ideas y empece un poco. Lo malo es que la inspiración se me fue pronto, solo quiero salir y despejar la mente un poco. Pero planeo luego de terminarlo traducirlo al wayuunaiki y en italiano :) Solo debo conseguir alguien que me ayude con ambos porque no sé mucho. Ok sin mas:

El niño del orfanato

Pasaba que su mundo se había ido abajo, cuando  vio aquella escena tan desgarradora. Unos policías muy bien uniformados y perfumados se dirigían hacia  su casa con una señorita muy guapa de labios rojos y portafolio grande.

Tocaron la puerta y mientras el se seguía meciendo en el columpio vio que pasaban sin permiso.

Según escucho Amanee desde el columpio sus padres cometieron un error y el se debía ir con esas personas que le provocaban un enorme miedo.

Aunque Amanee no sabia ni comprendía lo que pasaba, sentía la necesidad de despedirse de aquel lugar que tanta felicidad le había dado.

Regreso a su casa de juegos que se ubicaba en la parte delantera de la vivienda, observo una y otra vez con sentimiento ese lugar, toco el balancín que su hermana le hizo y los cauchos que estaban enterrados en la arena obra de su papá; recordó que ya no vería mas a sus padres y que su hermana Kiá al igual que él iría a otro lugar, un lugar desconocido.

Nadie le dijo nada a los dos, nadie dio explicaciones ni entendió los sentimientos de esta familia que ya estaba separada.

Horas más tarde el carro donde iba Kiá tomo otro rumbo, mientras que en el que iba él siguió camino recto, que los llevaba a una casona enorme, una casona que le provocaba escalofríos por la energía pesada que se sentía.

Genesis Garcia